Juan Pablo Fuentes (1970, Logroño)
Era un niño normal hasta que descubrí la lectura. Los tebeos tuvieron la culpa. Empecé con cosas suaves, como las novelas de Agatha Christie, pero poco a poco empecé a buscar drogas más duras. Después de leer el Ulyses de Joyce perdí la cordura definitivamente. Ahora me dedico a fomentar la lectura y a un vicio todavía peor: escribir ficción propia. Me gusta emborracharme con mis musas, que me despiertan a las tres de la mañana susurrándome ideas que se me olvidan al despertar.
Tengo unos hijos que son mis mejores y peores críticos: me obligaban a inventarme cuentos porque no querían dormir. Ahora han crecido y a veces prefieren el móvil, y yo lo agradezco.